Sanaciones

Sé, a través de los E-mail que he ido recibiendo, cuán importante es para la mayorías de la gente el hecho de abordar este tema. Ahora me doy cuenta que lo debería de haber hecho antes, para no alentar falsas esperanzas en muchas personas enfermas y en sus familiares.

Lo que escribo, no debe tomarse como una docta cátedra, sino como una serie de datos concatenados, que me han permitido a mí, llegar a ciertas conclusiones.

Algunas provienen de 3 años de conversaciones radiales con miembros de la Congregación Friendship, otras son mis propios recuerdos concientes y finalmente de esta serie de flash back, que cada vez experimento con mayor frecuencia y claridad.

No soy un contactado que viene a decirles a Uds. como vivir, o como salvar a la humanidad. Tampoco vendo pasajes para una huída en masa hacia un mundo mejor.

Tal vez ya es demasiado tarde.

Jamás se me ha ocurrido que Uds. sean débiles mentales, como para tener que repetirles constantemente palabras como amor o paz para que sigan leyendo.

Para actuar sobre la humanidad, primero hay que corregir al individuo, estas son las enseñanzas de Friendship.

Me consta que los tratamientos realizados en la isla son “milagrosos” para nuestros standards, pero no se trata de que un rayo divino lo azote a uno y lo deje 0 Km.

Yo, tuve cáncer en estado avanzado en ambos pulmones y ahora estoy sano, pero mi capacidad respiratoria, quedó bastante disminuida.

El caso de mi esposa es más decidor, lo que ella tuvo fue el reventón de un aneurisma sifón en el cerebro, lo que le provocó una cuadraplejia. Ahora está normal (aunque a veces, cuando veo las cosas que compra, me asalta una duda). Sin embargo, perdió el olfato y parte de la memoria inmediata.

Ambos estamos vivos, respiramos, gozamos el uno con el otro y sabemos que estamos viviendo de prestado. Agradecemos profundamente que nos hallan juntado, y las secuelas que nos quedaron las tomamos con humor.

A mi mujer se le olvidan las cosas, pero sé que le gustan ciertos chistes.

No son más de 6, y yo llevo 10 años contándoselos. Los mismos.

La pobre me encuentra “tan divertido”......

Parece que en un comienzo tuvieron problemas para curarme, según lo he sabido posteriormente.

Para hacerlo se necesita la plena cooperación y entrega del paciente, lo que conmigo, dada mi antigua manera de pensar, no se conseguía. Lo que estaba ocurriendo no era “normal” y menos aun lógico, por lo tanto yo no lo creía.

Tuvieron que convencerme.

Hace no mucho recordé una conversación con Rafael al respecto:

Puede que tu no encuentres lógico que se pueda curar 
un cáncer avanzado, pero ¿quién eres tu? , ¿eres médico acaso? 
Ni siquiera sabes que es el cáncer y como se origina, y ya  dentro de tu arrogancia niegas la posibilidad de una curación 
- Es que yo sé que......
¿Qué sabes tu?, lo que has leído o te han dicho. Seguramente 
estarías feliz si te operáramos
- Es lo que normalmente se hace.
Cala una sandía y sácale un trozo. Después tápala. Al cabo 
de 5 días, ¿Ha seguido el mismo procedimiento de envejecimiento 
que las demás sandias? 
- ¿Entonces, qué van a hacer?
Todo a su tiempo. Primero tienes que enterarte y convencerte 
de qué es el cáncer; visualizar tu caso. Entonces podremos proceder. 
No sacamos nada con extirpar el mal y no la causa.
- ¿Y cuál es la causa?
- Tu 
- ¿Cómo yo?
El cáncer es de origen psicológico y tu lo gatillas cuando, 
debido a tu modo de vida, generas las causas.
- ¿Cuáles son esas causas?
Ira, envidia, desconsuelo, pérdida de algo vital, rencor, 
deseos de venganza, etc. Todo esto baja tus defensas celulares 
– por decirlo de alguna manera – y permite que algo tan intimo 
como tu código de reproducción celular, falle. Es decir, allí 
permites que las substancias que Uds. llaman
“cancerígenas” actúen.
- ¿Y cuál es la cura?
Generar en ti el proceso inverso. Ese es uno de los
principios básicos de la naturaleza. Si sacas tierra del suelo, 
haces un hoyo; si vuelves la tierra al hoyo, lo tapas. 
¿No se te había ocurrido?
- O sea que mi cura va a ser psicológica – dije entusiasmado. 
No, tu ya te causaste daño físico, y profundo. 
Espiritualmente podemos conseguir que las causas que causaron tu
mal desaparezcan, lo que te protege de una recaída. Este tratamiento
generalmente basta cuando el cáncer está comenzando, pero no es 
ese tu caso.
- ¿Y? – pregunté asustado.
Tendremos que intervenirte, pero no te preocupes, no somos como
tus médicos, que abren a la gente como reses en el matadero. 
- ¿Cuál es el secreto entonces?
Este es el secreto  – dijo Rafael sonriendo, al mismo
tiempo que me enseñaba una botella, que había sacado del anaquel que 
estaba sobre su cabeza y detrás del escritorio.
Se trataba de un liquido cristalino seroso, contenido en una botella
de vidrio de unos 500cc. No se le veía nada especial.
Esto es una combinación de dos fluidos, uno orgánico y el otro 
inorgánico. Lo que nos costó fue homogenizarlos. El orgánico, entre
otras cosas, contiene ciertos virus mutantes que tienen la 
particularidad de ser absorbidos vorazmente por los tejidos 
cancerosos, en proporción de 96 a 4 con respecto a las células sanas. 
El inorgánico, parecido a la silicona que ustedes usan, es inocuo, 
pero tiene especiales cualidades magnéticas.
 Hasta aquí vamos bien – pensaba yo.
Después, te inyectaremos este liquido, lo más cerca de los
 tumores que podamos.
- ¿¡¡Cómo!!? – pregunté.
Con un instrumento
- ¿Puedo verlo?
No, eso solo te indispondría más aun en contra del tratamiento. 
¡Por qué no eres igual que tus amigos de Santiago, y te figuras que
 lo hacemos con el pensamiento! – dijo Rafael riendo.
- Bien, trataré de imaginármelo así – dije no muy convencido.
Luego interviene una máquina, que a mediante dos electrodos, 
hacen pasar a través de tu cuerpo una corriente magnética que enfría 
al liquido, el que en esa forma llega casi al cero absoluto. 
Al ocurrir esto, las células cancerosas se destruyen por 
congelamiento y cristalización, no así las sanas. Los desechos 
son eliminados a través de tus glóbulos blancos, los que 
posteriormente nos encargaremos de fortalecer.

¡Ese era el tratamiento! No recuerdo haberlo recibido, pero parece que funcionó, ¡Estoy vivo!

Estoy vivo física y espiritualmente, ya que allí también parece que comencé a comprender.

No todo es materia.

Hay dos formas de enfrentar la vida:

Una es creer que nada es un milagro y la otra es creer que todo es un milagro.

Me adhiero a la segunda.

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