Holograma I

El caso es que yo estaba feliz, me sentía bien y sobretodo muy agradecido. Sin embargo no podía dejar de pensar en ciertas cosas que no me calzaban.

Varias veces he dicho que tengo una formación científico matemática, por lo que no puedo dejar de andar por la vida haciendo cálculos, y en este caso ambos lados de la ecuación no me parecían equivalentes.

Desde que llegué a la isla hubo algo que siempre llamó mi atención: el derroche de energía.

Durante las 24 horas del día, las salas y pasillos permanecían iluminados a giorno; puertas, ascensores, montacargas y cocinas, eran eléctricos.

La temperatura en Aysen es bastante baja, por lo menos para nosotros los chilenos, ya que oscila, normalmente, entre 0 y 8º C en invierno. Las instalaciones subterráneas de Friendship eran bastante espaciosas, por lo menos comparables en volumen a un gran edificio de departamentos y su temperatura interior nunca bajaba de los 20º C.

Había una gran piscina temperada y tres inmensos invernaderos en el exterior, donde la temperatura era de 38º C. Allí se cultivaba todo tipo de vegetales, e incluso frutos tropicales.

Alguna vez pregunté de donde salía tanto calor y electricidad y me manifestaron que provenía de un gran generador a petróleo que tenían instalado abajo. En ese momento la explicación me satisfizo, pero con el tiempo no me pareció tan razonable.

La energía producida era mucha y por lo tanto el generador tendría que haber sido enorme y por ende el consumo de petróleo estratosférico

La única forma de llevar petróleo a la isla era en el Mytilus II, el que arribaba cada 6 a 10 días, y cada vez no traía mas de dos o tres tambores de 200 litros cada uno, lo que según mis cálculos no duraría más de 36 horas.

Además un grupo generador de ese tamaño, por mucho que se le aísle, suena y vibra, y en las instalaciones de Friendship reinaba un silencio y una paz celestial.

También yo tenía desde el comienzo una gran interrogante, que seguramente es la misma que tienen Uds: ¿Cómo se financiaba todo eso?

Ya lo había preguntado años atrás, y la respuesta era que todo se había iniciado en los años 70 en California, con una Fundación sin fines de lucro. Posteriormente habían emigrado al Archipiélago de los Chonos o Guaitecas, donde aprovechando las franquicias que se otorgaban en esa época, habían adquirido la isla.

Esta ha existido por siempre, aunque no con el apelativo de Friendship, ya que ese nombre se lo pusieron ellos.

La isla, además de una serie de ventajas relacionadas con su situación geográfica, poseía una mina polimetálica con Platino, Paladio, Rodio, Osmio e Iridio, lo que no es tan extraño, ya que existen yacimientos similares en toda la provincia de Aysen.

La producción de esos metales preciosos no era espectacular, pero si lo suficiente como para solventar los gastos de la Comunidad, ya que con los alimentos que se producían en la isla, eran perfectamente autosuficientes.

Ante mi insistencia me permitieron visitar la mina, la que me dejó bastante desilusionado, ya que no era del tamaño que yo esperaba. Las galerías no tenían más de dos metros de ancho y solo pude entrar unos 50 metros, ya que me explicaron que más al interior se producían gases venenosos.

Había algo curioso: en la mina tampoco hacía frío.

Diez años después, todas esas cosas, más muchas otras, seguían dando vueltas en mi cabeza.

En los últimos dos años, los flash de memoria se hicieron cada vez más seguidos y más claros, pero nada habría trascendido más allá del entorno familiar, si no fuera porque hace un año y medio, tuve uno muy particular.

Yo caminaba por un pasillo ancho y bien iluminado en compañía de Ariel. Creo que ya les he dicho que con Ariel nos une más que una amistad, una intimidad, producto de varios años de conversaciones radiales, donde de tanto hablar, uno poco a poco va desnudando verdades que en otras ocasiones difícilmente contaría.

Conversábamos sobre generalidades concernientes a mi estadía en la isla, cuando de repente me acordé de los que habían quedado en Santiago.

Especialmente de Octavio y su familia. Con ellos, más Oscar y Cristina, Tania Wolffensson, Alejandro Scolari y su señora y muchos otros, siempre nos preguntábamos como podía la gente de Friendship predecir acontecimientos futuros.

Todos habíamos sido testigos del anuncio del terremoto de México, del desastre del Nevado del Ruiz, de los resultados anticipados de las elecciones en Israel y de la caída del Challenger, etc, etc, etc. ¿Cómo lo hacían?

Lo habíamos preguntado por radio más de alguna vez, y siempre la hermética respuesta era la misma, repetida con voz metálica:

Todo está en La Biblia, revisen La Biblia

Yo, hasta esos momentos no era muy aficionado a leer La Biblia, sin embargo, gracias a la insistencia de Friendship, comencé a revisarla, pero nunca encontré referencias al Challenger.

Decidí aprovechar la oportunidad para preguntárselo en ese momento a Ariel, que además era quien lo había anunciado.

Todo está en La Biblia, te lo he dicho varias veces me volvió a repetir.
-Perdóname Ariel, pero por más que revise La Biblia, sé que jamás encontraré palabras como 
México, Challenger o Chernobil
Palabras no, pero letras si. Hay que saber buscar
-¿Cómo?
Ariel se detuvo un momento como dudando, después de un momento se decidió y luego dijo:
Ven

Lo seguí a paso rápido por los pasillos, doblamos a la derecha por un pasadizo de dimensiones inferiores al anterior, y en la mitad de este abrió una puerta.

Entramos. Dentro todo estaba en una semipenumbra y al medio de la sala se destacaba algo así como una mesa de unos tres por tres metros, pero de no más de unos 50 cm de altura. Alrededor de ella, pero pegadas a las paredes había cuatro como computadores, con pantalla y todo, mirando hacia la mesa central.

En la sala había 5 personas, una en cada teclado y otra en un escritorio con un spot de luz blanca y varias botoneras y pantallas, los que no se inmutaron mucho al vernos entrar.

Lo más impresionante, es que al centro, sobre la meza y captando toda la atención de los presentes se apreciaba una figura geométrica con forma de ladrillo, de aproximadamente 2 x 1,50 x 0,80 mts. Recordé su nombre: un paralelepípedo rectangular de base rectangular.

Pronto noté que podía ver a través de él y que no era sólido. Estaba formado por infinidad de puntos de color verde, que destacaban en la casi oscuridad reinante en el lugar. ¡Era un holograma!

Primero que nada he de hacer notar que esta era la primera vez en mi vida que yo veía un holograma, y que fijándome bien me di cuenta que entre la multitud de puntos, había algunos pocos rojos, que destacaban entre los verdes y que formaban secuencias.

Todos los operadores tenían puestos fonos y un micrófono pequeñísimo. Algo conversaron y comenzaron a teclear.

Al cabo de algunos segundos el ladrillo cambió de forma. Seguía siendo un ladrillo, pero ahora parado de costado y con diferentes proporciones.

Quince o veinte segundos después, algunos puntos comenzaron a pasar del verde al rojo y se formaron nuevas secuencias.

Allí lo tienes - dijo Ariel
-¿Qué?
La Biblia, mira
-¿Cómo?
Lo que estás viendo en estos momentos es Salmos 40, 7 

Ahora me acerqué más a la imagen y noté con asombro que los puntos no eran tales, sino signos.

Son caracteres del alfabeto hebreo, y se leen de derecha a izquierda me advirtió Ariel.

-¿Y qué dicen?-pregunté.
<Lo mismo que La Biblia que dejamos en tu dormitorio, solo que si lees  los caracteres hebreos en
diferentes secuencias, podrás saber cosas del pasado del presente y del futuro. Así fue escrita>
-¿O sea que La Biblia es un gigantesco crucigrama?
Más o menos. Recuerda lo que dijo Einstein en 1955: “Por persistente que sea la distinción entre 
pasado, presente y futuro, es pura ilusión ”
¡Si, lo recuerdo!
¿Y recuerdas en La Biblia las palabras que dijo Dios a Daniel en 12, 4?: “Pero tu Daniel, cierra
las palabras y sella el libro hasta el tiempo del fin. Muchos correrán de aquí para allá, y la ciencia
 se aumentará”

En ese momento caí en la cuenta, y me aterré. ¡Yo no iba a salir de allí! Parece que los signos físicos de mi angustia fueron muy evidentes, ya que Ariel lo notó.

¿Qué te pasa?
-¡Yo de aquí no voy a salir!
¿De donde sacaste eso?
-¡Si tu me has mostrado esto, quiere decir que no volveré al mundo!
No seas tonto, recuerda lo que hemos conversado, tanto contigo como con Octavio y los demás, 
tienes libre albedrío, después de salir de aquí podrás hacer lo que quieras
-Pero ¿Y todo lo que he visto?
No te preocupes, se te olvidará

Esa respuesta, en ese momento, me tranquilizó, pero no le tomé realmente el peso. Ahora, diez años después comienzo a darme cuenta.

Antes de salir de la isla “algo” se hizo en mi cerebro para que yo no pudiera recordar. Diez años es una buena cantidad de tiempo, y el “algo” está comenzando a fallar.

Recordé otra de sus enseñanzas:

“Dios y la Naturaleza son tan sabios, que el hombre podrá intervenirla cuantas veces quiera, pero finalmente, la Naturaleza volverá a su curso.

¡¡Con el tiempo quizá cuantas cosas más podré recordar!!

2 comentarios:

  1. oooo!!! que inpresionate esto que cuenta señor de la fuente no creia que se podria ver el futuro asi con hologramas , pero mi duda es ¿si se podra ver el futuro en la bliblia sin nesecidad de hologramas ya que no todos tenemos esa tecnologia?

    Saludos y gracias !!

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  2. saludos. Cómo puedo comunicarme con Ernesto?
    Gracias.

    Marco.

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